Mes: julio 2009

POETAS 24. Alberto Caeiro (Drama em gente I)

Alberto Caeiro nació en Lisboa en 1889 y murió en 1915, pero casi siempre vivió en el campo. No tuvo profesión, ni apenas educación. Ricardo Reis llegó a escribir sobre Caeiro lo siguiente: «En estas horas turbias, la única fuente de consolación para mi alma ha sido el manuscrito, que siempre me acompaña, de «El guardador de Rebaños (de Alberto Caeiro). Tiene toda la simplicidad, toda la grandeza, toda la posesión de las cosas que los antiguos tenían; pero, escrito ya en oposición a los tiempos modernos que lo vieron nacer, nos da como bálsamo lo que en otros era tan sólo frescura; y donde los otros nos alegran mal, como niños inexpertos, éste nos consuela y acaricia como los viejos prudentes y habituados a disculpar la vida».

*****

Soy un guardador de rebaños.
El rebaño es mis pensamientos
y todos mis pensamientos son sensaciones.
Pienso con los ojos y con los oídos
y con las manos y los pies
y con la nariz y la boca.

Pensar una flor es verla y olerla
y comerse una fruta es conocer su sentido.

Por eso cuando, en un día de calor,
me siento triste de disfrutarlo tanto,
y me acuesto estirado en la hierba,
y cierro los ojos calientes,
siento a todo mi cuerpo acostado en la realidad,
sé la verdad y soy feliz.

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POETAS 23. Marina Tsvetáieva

Marina Tsvetáieva (1892-1941) nació en Moscú, gozó de una educación privilegiada en el extranjero y publicó su primer libro de poemas a los dieciocho años de edad, libro que fue saludado con entusiasmo por sus contemporáneos. En 1922 Tsvetáieva abandonó Rusia con su hija para reunirse con su esposo, Serguéi Efron, un ruso blanco que a la postre se convertiría en espía del gobierno soviético. Residieron en el extranjero en condiciones muy precarias, primero en Berlín, luego en Praga -ciudad que se reveló como una de las más dichosas para la poeta, pues en ella vivió la relación amorosa inspiradora de una de sus obras mayores, el «Poema del fin». En 1925 la famlia se trasladó a París, donde Tsvetáieva continuó escribiendo, aunque cada vez más marginada por la inmigración rusa y a la vez severamente censurada en la URSS desde 1930. En 1938, tras un periodo de angustiosas dudas, decide volver con su hijo menor a Rusia, donde ya residían su marido y su hija, colaboradores del gobierno soviético. Al año siguiente, sin embargo, Serguéi Efron fue fusilado y su hija enviada a los campos. El Estado le prohibió entonces publicar. En 1941, ella y su hijo fueron deportados a un remoto pueblo tártaro, donde, desesperada, se suicidó poco después.

*****

Ya es hora. Para este fuego

ya soy vieja.

El amor es más viejo que yo.

Tiene cincuenta eneros

la montaña.

Más viejo es el amor:

viejo como un fósil, viejo como una sierpe,

más viejo que el ámbar de Livonia,

más que los barcos fantasmas,

más viejo que las piedras, más viejo que los mares…

Pero el dolor que hay en mi pecho,

más viejo, más viejo es que el amor.

23 de enero de 1940

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POETAS 22. Luis Cernuda

BIRDS IN THE NIGTH

El gobierno francés, ¿o fue el gobierno inglés?, puso una lápida

En esa casa de 8 Great College Street, Camden Town, Londres,

Adonde en una habitación Rimbaud y Verlaine, rara pareja,

Vivieron, bebieron, trabajaron, fornicaron,

Durante algunas breves semanas tormentosas.

Al acto inaugural asistieron sin duda embajador y alcalde,

Todos aquellos que fueran enemigos de Verlaine y Rimbaud cuando vivían.

La casa es triste y pobre, como el barrio,

Con la tristeza sórdida que va con lo que es pobre,

No la tristeza funeral de lo que es rico sin espíritu.

Cuando la tarde cae, como en el tiempo de ellos,

Sobre su acera, húmedo y gris el aire, un organillo

Suena, y los vecinos, de vuelta del trabajo,

Bailan unos, los jóvenes, los otros van a la taberna.

Corta fue la amistad singular de Verlaine el borracho

Y de Rimbaud el golfo, querellándose largamente.

Mas podemos pensar que acaso un buen instante

Hubo para los dos, al menos si recordaba cada uno

Que dejaron atrás la madre inaguantable y la aburrida esposa.

Pero la libertad no es de este mundo, y los libertos,

En ruptura con todo, tuvieron que pagarla a precio alto.

Sí, estuvieron ahí, la lápida lo dice, tras el muro,

Presos de su destino: la amistad imposible, la amargura

De la separación, el escándalo luego; y para éste

El proceso, la cárcel por dos años, gracias a sus costumbres

Que sociedad y ley condenan, hoy al menos; para aquél a solas

Errar desde un rincón a otro de la tierra,

Huyendo de nuestro mundo y su progreso renombrado.

El silencio del uno y la locuacidad banal del otro

Se compensaron. Rimbaud rechazó la mano que oprimía

Su vida; Verlaine la besa, aceptando su castigo.

Uno arrastra en el cinto el oro que ha ganado; el otro

Lo malgasta en ajenjo y mujerzuelas. Pero ambos

En entredicho siempre de las autoridades, de la gente

Que con trabajo ajeno se enriquece y triunfa.

Entonces hasta la negra prostituta tenía derecho de insultarles;

Hoy, como el tiempo ha pasado, como pasa en el mundo,

Vida al margen de todo, sodomía, borrachera, versos escarnecidos,

Ya no importan en ellos, y Francia usa de ambos nombres y ambas obras

Para mayor gloria de Francia y su arte lógico.

Sus actos y sus pasos se investigan, dando al público

Detalles íntimos de sus vidas. Nadie se asusta ahora, ni protesta.

«¿Verlaine? Vaya, amigo mío, un sátiro, un verdadero sátiro.

Cuando de la mujer se trata; bien normal era el hombre,

Igual que usted y que yo. ¿Rimbaud? Católico sincero, como está demostrado.»

Y se recitan trozos del “Barco Ebrio” y del soneto a las “Vocales”.

Mas de Verlaine no se recita nada, porque no está de moda

Como el otro, del que se lanzan textos falsos en edición de lujo;

Poetas mozos de todos los países hablan mucho de él en sus provincias.

¿Oyen los muertos lo que los vivos dicen luego de ellos?

Ojalá nada oigan: ha de ser un alivio ese silencio interminable

Para aquellos que vivieron por la palabra y murieron por ella,

Como Rimbaud y Verlaine. Pero el silencio allá no evita

Acá la farsa elogiosa repugnante. Alguna vez deseó uno

Que la humanidad tuviese una sola cabeza, para así cortársela.

Tal vez exageraba: si fuera sólo una cucaracha, y aplastarla.

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POETAS 21. Ibn Hazm de Córdoba

Ibn hazm nació en Córdoba en la época del calífato y murió en 1063. Se reproduce al final un breve  fragmento del prólogo que escribió Ortega y Gasset para la traducción hecha por Emilio García Gómez en 1952.

EL COLLAR DE LA PALOMA

Tiene el amor señales que persigue el hombre avisado y que puede llegar a descubrir el obserador inteligente.

Es la primera de todas la insistencia de la mirada, porque es el ojo puerta abierta del alma, que deja ver sus interioridades, revela su intimidad y delata sus secretos. Así, verás que cuando mira el amante, no pestañea y que se muda su mirada adonde el amado se muda, se retira adonde él se retira, y se inclina adonde él se inclina, como hace el camaleón con el sol. Sobre esto he dicho en un poema:

     Mis ojos no se paran sino donde estás tú

     debes tener las propiedades que dicen del imán

     los llevo donde tu vas y conforme  te mueves,

     como en gramática el atributo sigue al nombre.

Otras señales son: que no pueda el amante dirigir la palabra a otra persona que no sea su amado, aunque se lo proponga, pues entonces la violencia quedará patente para quien lo observe; que calle embebecido,cuando hable el amado; que encuentre bien cuanto diga, aunque sea un puro absurdo y una cosa insólita; que le dé la razón, aún cuando mienta; que se muestre siempre de acuerdo con él, aun cuando yerre; que atestigüe en su favor, aun cuando obre con injusticia, y que le siga en la plática por dondequiera que la  lleve y sea cualquiera el giro que le dé.

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POETAS 20. William Shakespeare

CINCO SONETOS

 

Como un torpe actor que una vez en escena

no consigue por miedo recitar su papel,

o como un iracuando que rebosa de enojo,

cuya fuerza excesiva debilita sus ánimos,

  así yo, sin fe en mí, he olvidado cumplir

la cabal ceremonia de los ritos de amor,

y mi impulso amoroso agobiado declina

por el peso terrible de un exceso amatorio.

   Que te sirva este libro de elocuencia y de mudo

mensajero del alma, que por él es locuaz;

que reclame tu amor y que exija su premio

con más voz que una lengua que se exprese hábilmente.

    Lo que escribe amor mudo deberías leer,

porque oír con los ojos es de amante sutil.

 Traducción de Carlos Pujol

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