Mes: febrero 2010

PENSADORES 5. Simone Weil (Paris 1909-Londres 1942)

La creación es un acto de amor y es perpetua. En cada momento, nuestra existencia es amor de Dios por nosotros. Pero Dios no puede amarse más que a sí mismo. Su amor por nosotros es amor por sí mismo a través nuestro. Así, él, que nos da el ser, ama en nosotros el consentimiento para no ser.Nuestra existencia no está hecha sino de su espera, de nuestro consentimiento para no existir.

Nos mendiga perpetuamente esa existencia que nos da. Nos la da para mendigárnosla.

*****

La pureza es nuestra capacidad para contemplar la mancha

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POETAS 46. Walt Whitman I («Canto a mí mismo»)

Walt Whitman nació en Long Island en 1819 y murió en Camden, Nueva jersey, en 1892 después de haber preparado y publicado la novena edición de Hojas de Hierba, donde recoge la totalidad de su obra. En el pórtico de esta obra Whitman grabó las siguientes palabras:

Ven, dijo mi alma,
Escribamos versos para mi cuerpo (pues somos uno),
A fin de que, si vuelvo invisiblemente después de la muerte,
O si mucho, mucho tiempo después, en otras esferas,
Dirijo allá mis cantos otra vez a un grupo de compañeros
(Adaptándolos a la tierra, árboles, vientos, olas tumultuosas),
Pueda yo siempre conservar una sonrisa de alegría,
Reconociendo eternamente mis versos; pues aquí y ahora,
Firmo por el alma y por el cuerpo, y pongo ante ellos mi nombre.
WALT WHITMAN

1

Me celebro y me canto
y aquello que yo me apropio habrás de apropiarte,
porque todos los átomos que me pertenecen también te pertenecen.

Me entrego al ocio y agasajo a mi alma;
me tiendo a mis anchas a observar un tallo de hierba veraniega.
Mi lengua, todos los átomos de mi sangre, formados de esta tierra y de este aire,
nacido aquí de padres que nacieron aquí, lo mismo que sus padres:
a los treinta y siete años de edad, con la salud perfecta, empiezo,
y espero no cesar hasta la muerte.

Dejo a las sectas y a las escuelas en suspenso,
Me retiro un momento, satisfecho de lo que son, pero no las olvido,
soy puerto para el bien y para el mal, les permito hablar a todos, arrostrando todos los peligros,
Naturaleza sin freno, con energía primigenia.

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POETAS 45. STEVIE SMITH

Poeta inglesa 1902-1971. Sus padres la inscribieron con el nombre de Florence Margaret, pero un amigo de la infancia la vio parecida a un famoso jockey y la rebautizó «Stevie». Nació en Kingston-upon-Hull. vivió casi toda su vida en una casa de Palmers Green con una tía. Admiraba los dibujos de John Tenniel para los libros de Alicia, la prosa de Gibbon, los versos de Tennyson, las novelas de Maurice Baring y John Cowper Powys. Entre sus más estrictos contemporáneos elogiaba a Ivy Compton-Burnett, L.P. Hartley y Anthony Powell. Según este último, Stevie era una «conversadora torrencial y una muy buena imitadora». Leía los periódicos compulsivamente. Tuvo una extraña relación con George Orwell. Escribió innumerables reseñas y novelas no poco interesantes, especialmente Novel on Yellow Paper. «No hay nada peor que lo que no es quizá del todo gracioso». Muchas veces sus poemas están acompañados de encantadores dibujos de su propia mano. Tenía un modo muy particular de leer sus poemas en público. Collected Poems apareció en 1975. La obsesionaban la religión y la caridad meteorológica: «Nadie que no conozca y ame el clima inglés comprenderá los múltiples sentimientos que viven aquellos que caminan a solas en días húmedos». Según Larkin sus poemas poseen «la autoridad de la tristeza». Christopher Ricks apuntaba: «Los acentos son los de un niño, pero los poemas son permanentemente alusivos, vibrando con ecos literarios como no lo están las declaraciones de un niño». D. J. Enright decía que los versos de Smith tenían cierto sabor a siglo XVII, a George Herbert y Henry Vaughan. Otros admiradores fueron Marianne Moore y Seamus Heaney. «Un poeta no es una persona importante; siempre habrá otro poeta», solía declarar. Muy probablemente sea la única seguidora que Edward Lear vaya dejarle al mundo. (La traducción de los dos poemas y la nota biográfíca se le debe a Matías Serra Bradford).

NO SALUDABA, SE AHOGABA

Aunque nadie lo oyera, el finado
desde el fondo se lamentaba:
-Fui más lejos de lo que pensaban,
y no saludaba, me ahogaba.

«Pobre tipo, era un bromista nato,
y ahora está muerto desde hace rato.»
«El agua estaba helada», comentaron,
«debió de sufrir un infarto.»

-!No, no, no! Pasé frío desde la infancia,
toda mi vida guardé las distancias
(desde el fondo el finado se lamentaba).
Y no saludaba, me ahogaba.

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POETAS 42. Rainer Maria Rilke IV (Una rosa es una rosa)

Con ésta entrega termina el espacio dedicado a los poemas de Rainer Maria Rilke. Los poemas que se recogen aquí son traducción de José María Valverde. Una parte de ellos tienen a la rosa como tema central. Resulta irónico que el poeta que tal vez dedicó más poemas a celebrar la rosa muriese infectado por la espina de una rosa que arrancó de su propio jardín para regalar a una amiga.  La historia es probablemente falsa -o yo así lo creo-, pero es una historia verosímil: era la muerte legendaria a la que aspiraba Rilke. Cada uno obtiene la muerte que se merece, diría Rilke. Una muerte poética digna de su epitafio.

Para Rilke la rosa es un objeto inagotable.  Representa el mayor lujo con que se ha dotado a la creación. Un lujo no sólo estético, sino también simbólico. Como todo símbolo pleno, amalgama en sí la máxima contradicción tolerable. La rosa puede simbolizar el ornato y la pompa, pero también la mayor desnudez posible en su sobriedad perfecta. La más opulenta pobreza. Simboliza el estado de lo latente, de lo que duerme y sueña, pero también de lo que está velando y vigilante. Simboliza el lenguaje cifrado con el que parecen hablarnos las cosas del mundo, pero también la imposibilidad de traducir este lenguaje, el silencio de las cosas como unica manera de acceder a ellas. Las cosas del mundo no pueden conocerse por medio de interpretaciones. Una rosa es una rosa. Su esencia escapa a toda definición. Siempre parece la rosa a punto de expresar con su presencia algo elocuente, pero nos está vedado leer el libro en el que está  escritas sus palabras. La rosa habla enmudeciendo. Es el símbolo por antonomasia de lo zen. Contradicción pura. La rosa nos presenta un envoltorio espléndido para el vacío más fragante y perfecto. O para decirlo en palabras de Rilke: «Una sola rosa es todas las rosas/y es ésta; el irremplazable,/el perfecto, el dócil vocablo/que encuadra el texto de las cosas».

ROSA, OH PURA CONTRADICCIÓN

Rosa, oh pura contradicción, alegría
de ser sueño de nadie bajo tantos
párpados*.

*Del testamento del 27 de octubre de 1925. Elegido como epitafio para la tumba de Rilke. (más…)

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POETAS 44. Fina de Calderón

«Nacida en Madrid en 1927 y recientemente fallecida -enero 2010- , Josefina de Attard y Tello comenzó a escribir poesía en Francia, donde terminó su carrera de violinista. Con sólo 11 años, sus poemas fueron elegidos por la escritora Colette para ser interpretados en la Comedia Francesa. Amiga de Jean Cocteau, llegó a actuar en la mítica sala Pléyel de Paris en un cuarteto de cuerda apadrinado por Pau Casals.

Convertida en Fina de Calderón para el mundo de las letras, entre sus obras hay piezas teatrales como ‘Fuego, grito, luna’, poemarios como ‘La cicatriz de arena’, ballets como ‘Cancela’ y ‘El Greco’ y canciones de éxitos como ‘Caracola’. Compuso otros temas como ‘Pouvoir’ y ‘Nous de París’ que cantaron dos gigantes de la ‘chanson’, Édith Piaf y Maurice Chevalier. Tenía previsto presentar en breve su último trabajo, un poemario titulado ‘Toledario’.

En su larga trayectoria trabó amistad con muchas de las figuras clave de la cultura española del siglo XX, y llegó a conocer en sus años mozos a Federico García Lorca y a Gregorio Marañón. Trató a Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti, Gerardo Diego, Antonio Buero Vallejo o Joaquín Turina. Creadora en los ochenta, con el apoyo de Enrique Tierno Galván, de ‘Los miércoles de poesía’ impartió conferencias por países de medio mundo. (Necrológica extraída del «Norte de Castilla»)»

 

SUBIR A TI

Subir a Tí, Señor, ¿Por qué escalera,
con que impulso, Señor, y con qué salto

llegar de lo más bajo a lo más alto

allí donde tu amor, paciente, espera?

 

Subir ¿Por qué terraza, qué ladera,

por qué cima alcanzar tu azul cobalto

y sentir el divino sobresalto

sin el temor de que tu luz me hiera?

 

Mas si vieras mi lucha y mi impotencia

por acercarme al borde de tu trono

para que al fin tu amor me arebatara,

 

si vieras que en el salto mi carencia

 me condenara a simas de abandono,

¿No serías, Señor, Tú el que bajara? (más…)

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POETAS 42. Rainer Maria Rilke III (Elegías de Duino)

Rilke comenzó a componer los primeros fragmentos de las diez elegías en el castillo de los príncipes de Thurn und Taxis en Duino, cerca de Trieste; de ahí el título. Sin embargo, el año de su estancia en el castillo, 1912, no logró componer más que las dos primeras elegías. El resto de las elegías las iría componiendo, mediando largos periodos de silencio, en distintas ciudades europeas, en un periplo que duró diez años. París, Ronda, Munich. El 11 de febrero de 1922 concluye  en el castillo de Muzot la décima elegía que había iniciado durante el otoño de 1913 en París.

Dejo seleccionadas aquí la primera y la octava elegía. Se pueden leer de forma independiente. La octava es, quizá, la más filosófica de todas. La traducción es obra de Jenaro Talens. Para quien las quiera leer completas, están accesibles ahora en internet las 10 elegías, pero tal vez la traducción no es tan afortunada como la que queda reflejada aquí; ni mucho menos. También es aconsejable la traducción de José María Valverde, de quien ahora se han publicado todas las traducciones que realizó en los años sesenta de la mayor parte de los poemas de Rilke -Poesía de Rilke,  Illago ediciones-.

PRIMERA ELEGÍA

¿Quién me oiría, si gritase yo, desde la esfera de los ángeles?
Y aunque uno de ellos me estrechase de pronto
contra su corazón, su existencia más fuerte
me haría perecer. Pues lo hermoso no es otra cosa que el comienzo
de lo terrible en un grado que todavía podemos soportar
y si lo admiramos tanto es sólo porque, indiferente,
rehúsa aniquilarnos. Todo ángel es terrible. (más…)

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