Mes: noviembre 2011

7

-7-

un echar de menos que alivio tallando
una caja que será un "forget me not".

*  *   *

Debería haber escrito esto anteayer pero no lo hice. Ya se sabe como es la vida en los clipper de la ruta del té. Cuando no estás de guardia hay tormenta o se ha
quedado sin aceite el candil... por eso y porque esta carta no te llegará hasta dentro de unos meses he puesto en el encabezamiento el número 7, que es la
página en la que debería estar escribiendo ahora y el tema de las 6 anteriores se ha perdido, porque todo lo que no se escribe en el momento pierde algo tan
sutil como la inspiración, aunque lo de la caja es tan verdad como que ahora estoy a bordo del "Windjammer Seadreams" con bandera holandesa. Pero no era de
esto de lo que quería hablarte sino de que anteayer no hablamos casi, claro, yo estaba un poco ausente, por esto de la navegación, y, al mismo tiempo te
encontraba distante, que también puede ser un efecto colateral, o tal vez sólo una secreta forma de mantener las distancias con un viejo marino embarcado en busca
de té, que casi siempre acaba convertido en chinos amontonados, que sueñan que el ferrocarril de oeste es un paraíso, en vez de un moridero. Lo del moridero
no sé si es muy correcto, pero describe sucintamente lo que les pasaba a los chinos en el ferrocarril de  oeste.

Bueno, pues yo embarcado, escribiendo en el escritorio de Guillermo Graves, una preciosidad de caoba... y tu carita aflorando secretos de esos nimios pero
decisivos, pues no hubo mucha ocasión, por eso volví a mi barco, a no encontrar el modo de enviar poemas por internet, que es lo más parecido al aislamiento de
un velero de cuatro palos arribando al sur, en busca del cabo de Hornos, en Junio de mil ochocientos tantos... Los sentimientos de un viejo marino ya te los describí en las seis páginas anteriores, aunque debo recalcar ese sentimiento de paternidad que me excitas, que me hace recordar la teoría del incesto como tabú... porque siempre me vienen a la memoria aquellas palabras de tu padre, que yo modifico un poco: -"Criatura: ¿Cómo vas a vivir?" El "cómo" es mi aportación. Y es que la bohemia es terriblemente atractiva, y sirve para tapar momentáneamente la botella de las insatisfacciones profundas, pero es inútil que la tires al lago de la Casa de Campo o al océano más extenso, el tiempo te la devuelve...¡Y de qué manera!

Entonces me retraigo, porque uno no tiene derecho a entrar en la vida de otra persona como un elefante en una cacharrería... y si en cuestiones de amor, o de enamor, por aquello del deseo instantáneo, a veces se consiente con gusto que te invadan, en los temas de la realidad inmediata no suelen ser bien recibidos los
consejos no pedidos... Un poco traído por los pelos pero mira esto de nuestro común amigo Juan de Yepes:

Diréis que me he
perdido,

-Que, andando
enamorada-

Me hice perdidiza y
fui ganada
.

Todo sería mucho mejor si el mensaje se demorara esos seis u ocho meses que tardan los correos de los veleros, y la presencia física del elefante... del marino, se
demorara otros tantos, porque en ese año la vida real habrá dado miles de vueltas, y las recomendaciones, más que obsoletas, se habrán descargado de todo
su carácter conminatorio y se leerian sólo como mensajes de cariño, de amor, que un padre o un amigo dice, sabiendo que difícilmente le harán caso, si es
que no le malinterpretan, y además probablemente el aconsejado ha llegado a las mismas conclusiones... a veces hay que esperar años para que florezca ese
pensamiento de acuerdo con lo que entonces parecía razonable... Perdóname si este comentario te ha molestado no era mi intención... y, además, siempre está el tema del roce físico, el tabú otra vez, amortiguado por la distancia que el océano pone por medio. (más…)

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Suspiros

Un suspiro

Se oye un suspiro.
De cansancio o de desesperación.
Es lo que queda
de un estremecerse la conciencia.
Es decir, que sin querer ni tiempo,
se intuye la verdad
sin comprenderla, sin apoderarse de ella.
Y da frío y en alguna parte intangible
un gemido mudo hace vibrar el alma.
De cansancio o de desesperación.
De rebeldía contra lo predeterminado,
contra todo, porque todo es inevitable.

O tal vez no. Tal vez porque no.
Y nacen del papel las palabras.

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