La montaña sigue inmóvil

La montaña sigue inmóvil…
¡Tan lejos!
¿Son tus pasos ese mínimo crujido
que aumenta su silencio?

* * *

La bruma me ayuda a dominar el grito.
No hay eco. No hay alegría.
¿Por qué me araño el corazón?
No hay llamada. No hay voz.

* * *

Te siento, sin querer, en la montaña.
¡Tan lejos!
Y, tal vez, tu pensamiento
haya seguido, con aquellos quedos pasos,
todo este tiempo,
a mi pensamiento.

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