Desequilibrio


Desequilibrio

Toda la alegría se pone en duda.
La libertad parece una burla.
Y yo, contemplando la ruina
estoy cerca de perder la esperanza.

¿Quién podría escoger la locura?

La belleza sin marchitar:
no tuvo tiempo.
La inteligencia viva,
que enseguida perdió la conciencia
de ausentarse unos segundos
a un mundo violento,
sin recuerdo.
Y luego minutos, tal vez horas.
Días.
Y no lo supimos ver.
Y no pudimos hacer nada.
Herencia envenenada
que trazó el camino.
Ya en su familia hubo casos.

La última vez que la vi,
su belleza sin marchitar,
luchando yo contra mi cobardía,
me arrebató la pena
pues ya vivía en un universo
en el que era dueña de la verdad
y lloré por estar yo inmerso
en un mundo de dudas.

Pero: ¿Quién podría escoger la locura?

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