Cuerpo que me sobra

Cuerpo que me sobra

Como la marca de un hierro al rojo
es en mi alma la añoranza de mi edad de oro,
cuando era uno con el Todo.
Recuerdo verdadero, arrebatado en la caída
que no comprendo.

No hallo por qué en parte alguna,
y el vacío de lo infinitamente amado
se retuerce me abraza y me asfixia.
Y no lo puedo traducir en un sentir de ahora,
sólo en un faltar irremediable.

Necesito un dolor que me aturda,
una locura presente que me engañe,
un pensamiento que me haga creer que soy algo,
no un ente provisional en espera de destino.

Y deseo perderme en el caos de una pasión
a sabiendas de que el sentimiento desbocado
no me acerca ni me llena.

Y el alma sabe, adivina, intuye,
y el cuerpo siente.
Sentimiento inútil, pues no perdura.

Carne flaca, incluso lejos de Dios,
Y aún así me amo como cuerpo que me sobra,
pequeño y lleno de dolor, de vejez,
de mentiras piadosas que me digo,
como que el amor, imposible para mí, existe.

Loading

Los comentarios están cerrados.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *