Ápeiron

Fatum

Fatum

Cruzó un nublo
el cielo de mi paisaje
y sentí su aliento frío,
en la espalda de mi alma.

Una suave tristeza,
leve, pero sentida sin fin,
tiñó de gris mi sonrisa
diciendo: Fatum, fatum, fatum.
Sin remedio: hagas lo que hagas
no servirá de nada,
tu hora ya está escrita.

Salir de la versión móvil