Latir

Latir

Tac-tic
así late mi corazón
por llevar la contraria
a la razón.

Quise estudiar y leí. Fue un tic.
Quise escribir y escribí,
torpemente. Tal vez un fallido tac.
Supe que ya había pasado
el tiempo de aprender,
por culpa de la capacidad:
inanidad de la vejez. Tic - tac.
¿Es todo inútil?: No,
creo que me queda el imaginar,
claro que eso tiene poco valor:
No saber deconstruir.
ni hermeneutizar,
ni siquiera epojar. Tac.
Figurarme que la Naturaleza,
el Absoluto, la Voluntad de vivir,
y de poder, todas, y otras más, son
el Dios compensador de Kant,
al que no puedo abordar
ni siquiera comprender,
sólo, a coro, postular.
Y que, al fin, es otro nombre,
el más sencillo quizás. ¿Tic o tac?

Nada puedo demostrar, tac,
ni conozco a otro que lo haga,
pero no dejo de pensar en un Uno
Mundo o universo o Apeiron,
esto último mejor, tac,
porque tampoco sé lo que es
aunque es. Tic.

Y todo es una historia de frontera, tic-tac,
que yo suelo contar,
cada vez de un modo distinto,
porque olvido poco a poco,
tac-tic, tac-tic, tac-tic,
todo cuanto supe, y lo debo
compensar con lo que imagino
con el corazón, por si alguien quisiera
mi teodicea oir, tac-tic, tac-tic, tac-tic,
antes de que todo acabe.

Isaias 65:17
Porque he aquí que yo crearé
un cielo nuevo y una tierra nueva;
y no se recordarán ya las cosas
antiguas ni vendrán a la imaginación.

Loading

Los comentarios están cerrados.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *