POETAS 91. Nicanor Parra I (Poemas y antipoemas)

Hay veces que los premios, más que un estímulo, parecen un certificado de defunción. Veo que el premio Cervantes abusa mucho de este tipo de certificados. Algunos se preguntarán quién era Nicanor Parra, poeta ¿de qué siglo? Otros dirán: ¿!pero todavía sigue vivo!? Una vez que nos enteramos de que aún no ha sido enterrado el gran enterrador de la poesía que fue Nicanor Parra, nos preguntaremos si aún tendrá resuello para soplar las 98 velas de su siguiente  cumpleaños. ¿Tendrá aliento suficiente para recoger el premio el año que viene? ¿Y si acude, podrá levantarse de la silla? ¿Se acordará de dar las gracias? ¿qué dirá? ¿dirá dadá? ¿y el jurado, el premio a quién lo dá? ¿también dadá? ¿o está gagá? ¿Hay que esperar a estar ya muerto para recibir los premios? ¿Debería renunciar a un premio por poeta el que fuera insigne antipoeta? Si yo fuera Nicanor Parra renunciaría al premio; le diría al insensato jurado: ¿y porqué no me lo distéis cuando aún estaba vivo? ¿Os estáis burlando de mí por haberme burlado yo tanto de la poesía? Menos mal que sabemos que los premios sólo han sido hechos para los poetas malos , y que los buenos poetas saben ver el mundo con mirada traviesa, saben ver los premios como un castigo envenenado que sólo les puede colocar en una situación ridicula, de rodillas y de cara al paredón. Por eso no necesitan de premios. Creo que el jurado del premio Cervantes no cabe en sí de gozo por haber dado un premio que todavía ha llegado a tiempo.  Como la reseña biográfica del infeliz galardonado  estará hoy en todos los periódicos, sólo me hago  con respecto al burlón e iconoclasta Nicanor Parra unas pocas preguntas, y que cada uno vaya a bucar las respuestas en alguna hoja de Parra. ¿Se puede hablar de la poesía desde la antipoesía, desde la militancia contra la poesía? ¿Se puede hacer poesía poniéndose en guardia contra la poesía? ¿Un certificado de defunción en que se anuncia: «ha muerto la poesía», es también materia para la poesía? En antipoetas como Nicanor Parra descubrimos que sigue habiendo antipoesía después de la poesía, que su antipoesía es la manera que tiene la poesía moderna de ponerse en guardia contra los riesgos y los excesos de toda poesía. Contra la solemnidad y la cursilería, que es el tuétano mismo de toda poesía. Hay tiempos en que ser antipoeta es la mejor manera de ser poeta. Parra fue -porque hoy sabemos ya que estaba muerto- un poeta muy digno de su tiempo.

*****

AUTORRETRATO

Considerad, muchachos,
Esta lengua roída por el cáncer:
Soy profesor en un liceo obscuro
He perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
Hago cuarenta horas semanales.)
¿Qué os parece mi cara abofeteada?
!Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué decís de esta nariz podrida
Por la cal de la tiza degradante.

En materia de ojos, a tres metros
No reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? -Nada.
Me los he arruinado haciendo clases:
La mala luz, el sol,
La venenosa luna miserable.
Y todo para qué
Para ganar un pan imperdonable
Duro como la cara del burgués
Y con sabor y con olor a sangre.
!Para qué hemos nacido como hombres
Si nos dan una muerte de animales!

Por el exceso de trabajo, a veces
Veo formas extrañas en el aire,
Oigo carreras locas,
Risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
Y estas mejillas blancas de cadáver,
Estos escasos pelos que me quedan,
!Estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
Joven, lleno de bellos ideales,
Soñé fundiendo el cobre
y limando las caras del diamante.
Aquí me tienen hoy
Detrás de este mesón inconfortable
Embrutecido por el sonsonete
De las quinientas horas semanales.

*****

ADVERTENCIA AL LECTOR

El autor no responde las molestias que puedan ocasionar sus escritos:
Aunque le pese
El lector tendrá que darse siempre por satisfecho.
Sabelius, que además de teólogo fue un humorista consumado,
después de haber reducido a polvo el dogma de la Santísimia Trinidad
¿Respondió acaso de su herejía?
Y si llegó a responder, !Cómo lo hizo!
!En qué forma descabellada!
!Basándose en qué cúmulo de contradicciones!

Según los doctores de la ley este libro no debiera publicarse:
la palabra arco iris no aparece en él en ninguna parte
menos aún la palabra dolor,
la palabra torcuato.
Sillas y mesas sí que figuran a granel,
!Ataúdes! !utiles de escritorio!
Lo que me llena de orgullo
porque, a mi modo de ver, el cielo se está cayendo a pedazos.

Los mortales que hayan leído el Tractatus de Wittgenstein
pueden darse con una piedra en el pecho
porque es una obra difícil de conseguir:
pero el Circulo de Viena se disolvió hace años,
sus miembros se dispersaron sin dejar huella
y yo he decidido declarar la guerra a los cavalieri della luna.

Mi poesía puede perfectamente no conducir a ninguna parte:
«!Las risas de este libro son falsas!», argumentarán mis detractores
«Sus lágrimas,  !artificiales!»
«En vez de suspirar, en estas páginas se bosteza»
«Se patalea como un niño de pecho»
«El autor se da a entender a estornudos»
Conforme: os invito a quemar vuestras naves,
Como los fenicios pretendo formarme mi propio alfabeto
«¿A qué molestar al público entonces?», se preguntarán los amigos lectores:
«Si el propio autor empieza por desprestigiar sus escritos,
!Qué podrá esperarse de ellos!»
Cuidado, yo no desprestigio nada
O, mejor dicho, yo exalto mi punto de vista,
Me vanaglorio de mis limitaciones
Pongo por las nubes mi creaciones.

Los pájaros de Aristófanes
enterraban en su propias cabezas
los cadáveres de sus padres
(Cada pájaro era un verdadero cementerio volante)
A mi modo de ver
ha llegado la hora de modernizar esta ceremonia
!Y yo entierro mis plumas en la cabeza de los señores lectores!

*****

CARTAS A UNA DESCONOCIDA

Cuando pasen los años, cuando pasen
los años y el aire haya cavado un foso
entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
y yo sólo sea un hombre que amó,
un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
un pobre hombre cansado de andar por los jardines
¿Dónde estarás tu? !Dónde
estarás, oh hija de mis besos!

*****

RECUERDOS DE JUVENTUD

Lo cierto es que yo iba de un lado a otro,
A veces chocaba con los árboles,
chocaba con los mendigos,
me abría paso a través de un bosque de sillas y mesas,
con el alma en un hilo veía caer las grandes hojas.
Pero todo era inútil,
cada vez me hundía más y más en una especie de jalea;
la gente se reía de mis arrebatos,
los individuos se agitaban en sus butacas como algas movidas por las olas
Y las mujeres me dirigían miradas de odio
haciéndome subir, hacíendome bajar,
haciéndome llorar y reír en contra de mi voluntad.

De todo esto resultó un sentimiento de asco,
resultó una tempestad de frases incoherentes,
amenazas, insultos, juramentos que no venían al caso,
resultaron unos movimientos agotadores de caderas,
aquellos bailes fúnebres
Que me dejaban sin respiración
y que me impedían levantar cabeza durante días,
durante noches.

Yo iba de un lado a otro, es verdad,
mi alma flotaba en las calles
pidiendo socorro, pidiendo un poco de ternura;
con una hoja de papel y un lápiz yo entraba en los cementerios
dispuesto a no dejarme engañar.
Daba vueltas y vueltas en torno al mismo asunto,
observaba de cerca las cosas
o en un ataque de ira me arrancaba los cabellos.

De esa manera hice mi debut en las salas de clases,
como un herido a bala me arrastré por los ateneos,
crucé el umbral de las casas particulares,
con el filo de la lengua traté de comunicarme con los espectadores:
ellos leían el periódico
o desaparecían detrás de un taxi.

!Adónde ir entonces!
A esas horas el comercio estaba cerrado;
Yo pensaba en un trozo de cebolla visto durante la cena,
y en el abismo que nos separa de los otros abismos.

*****

SÓLO DE PIANO

Ya que la vida del hombre no es sino una acción a distancia,
Un poco de espuma que brilla en el interior de un vaso;
Ya que los árboles no son sino muebles que se agitan:
no son sino sillas y mesas en movimiento perpetuo;
ya que nosotros mismos no somos más que seres
(Como el dios mismo no es otra cosa que dios)
Ya que no hablamos para ser escuchados
sino para que los demás hablen
Y el eco es anterior a las voces que lo producen;
ya que ni siquiera tenemos el consuelo de un caos
en el jardín que bosteza y que se llena de aire,
un rompecabezas que es preciso resolver antes de morir
para poder resucitar después tranquilamente
cuando se ha usado en eceso de la mujer;
ya que también existe un cielo en el infierno,
dejad que yo también haga algunas cosas:

Yo quiero hacer un ruido con los pies
y quiero que mi alma encuentre su cuerpo.

*****

EPITAFIO

De estatura mediana,
con una voz ni delgada ni gruesa,
hijo mayor de un profesor primario
y de una modista de trastienda;
flaco de nacimiento
aunque devoto de la buena mesa;
de mejillas escuálidas
y de más bien abudantes orejas;
con un rostro cuadrado
en que los ojos se abren apenas
y una nariz de boxeador mulato
baja a la boca de ídolo azteca
-todo esto bañado
por una luz entre irónica y pérfida-
ni muy listo ni tonto de remate
fui lo que fui: una mezcla
de vinagre y de aceite de comer
!un embutido de ángel y bestia!

*****

EL TUNEL

Pasé una época de mi juventud en casa de unas tías
a raíz de la muerte de un señor íntimamente ligado a ellas
cuyo fantasma las molestaba sin piedad
haciéndoles imposible la vida.

Yo me mantuve sordo a sus telegramas
a sus epístolas concebidas en un lenguaje de otra época
llenas de alusiones mitológicas
y de nombres propios desconocidos para mí
Varios de ellos pretenecientes a sabios de la antigüedad
a filósofos medievales de menor cuantía
a simples vecinos de la localidad que ellas habitaban.

Abandonar de buenas a primeras la universidad
Romper con los encantos de la vida galante
interrumpirlo todo
con el objeto de satisfacer los caprichos de tres ancianas histéricas
llenas de toda clase de problemas personales
resultaba, para una persona de mi carácter,
un provenir poco halagador
una idea descabellada.

Cuatro años viví en El Túnel, sin embargo,
en comunidad con aquellas temibles damas;
Cuatro años de martirio constante
de la mañana a la noche.
Las horas de regocijo que pasé debajo de los árboles
tornáronse pronto en semanas de hastío
En meses de angustia que yo trataba de disimular al máximo
con el objeto de no despertar curiosidad en torno a mi persona,
tornáronse en años de ruina y de miseria
en siglos de prisión vividos por mi alma
en el interior de una botella de mesa.

Mi concepción espiritualista del mundo
me situó ante los hechos en un plano de franca inferioridad:
Yo lo veía todo a traves de un prisma
En el fondo del cual las imágenes de mis tías se entrelazaban como hilos vivientes
formando una especie de malla impenetrable
que hería mi vista haciéndola cada vez más ineficaz.

Un joven de escasos recursos no se da cuenta de las cosas.

L

SOLILOQUIO DEL INDIVIDUO

Yo soy el individuo.
Primero viví en una roca
(allí grabé algunas figuras).
Luego busqué un lugar más apropiado.
Yo soy el indviduo.
Primero tuve que procurarme alimentos,
buscar peces, pájaros, buscar leña
(Ya me preocuparía de los demás asuntos).
Hacer una fogata,
leña, leña, dónde encontrar un poco de leña,
algo de leña para hacer una fogata,
yo soy el individuo.
Al mismo tiempo me pregunté,
fui a un abismo lleno de aire,
me respondió una voz:
Yo soy el individuo.
Después traté de cambiarme a otra roca,
allí también grabé figuras,
grabé un río, búfalos,
grabé una serpiente
yo soy el individuo.
Pero no, me aburrí de las cosas que hacía,
el fuego me molestaba,
quería ver más,
yo soy el individuo.
Bajé a un valle regado por un río.
Allí encontré lo que necesitaba,
encontré un pueblo salvaje,
una tribu,
yo soy el individuo.
Vi que allí se hacían algunas cosas,
figuras grababan en las rocas,
hacían fuego, !también hacían fuego!
yo soy el individuo.
Me preguntaron que de dónde venía.
Contesté que sí, que no tenía planes determinados,
contesté que no, que de ahí en adelante.
Bien.
Tomé entonces un trozo de piedra que encontré en un río
y empecé a trabajar con ella,
empecé a pulirla,
de ella hice una parte de mi propia vida.
Pero esto es demasiado largo.
Corté unos arboles para navegar,
buscaba peces,
buscaba diferentes cosas
(yo soy el Individuo).
hasta que me empecé a aburrir nuevamente.
Las tempestades aburren,
los truenos, los relámpagos,
yo soy el Individuo.
Bien. Me puse a pensar un poco,
preguntas estúpidas se me venían a la cabeza,
falsos problemas.
Entonces empecé a vagar por unos bosques.
Llegué a un árboly a otro árbol,
llegué a una fuente,
a una fosa en que se veían algunas ratas:
aquí vengo yo, dije entonces,
¿Habéis visto por aquí una tribu,
un pueblo salvaje que hace fuego?
De este modo me desplacé hacia el oeste
acompañado por otros seres,
o más bien solo.
Para ver hay que creer, me decían,
yo soy el individuo.
formás veía en la obscuridad,
nubes tal vez,
tal vez veía nubes, veía relámpagos,
a todo esto habían pasado ya varíos días,
yo me sentía morir;
inventé unas máquinas,
construí relojes
armas, vehículos,
yo soy el Individuo.
Apenas tenía tiempo para enterrar a mis muertos,
apenas tenía tiempo para sembrar,
yo soy el individuo.
Años mas tarde concebí unas cosas,
unas formas,
crucé las fronteras
y permanecí fijo en una especie de nicho,
en una barca que navegó cuarenta días,
cuarenta noches,
yo soy el individuo.
Luego vinieron unas sequías,
vinieron unas guerras,
tipos de color entraron al valle,
pero yo debía seguir adelante,
debía producir.
Produje ciencia, verdades inmutables,
produje tanagras,
di a luz libros de miles de páginas,
se me hinchó la cara,
construí un fonógrafo,
la máquina de coser,
empezaron a aparecer los primeros automóviles,
yo soy el individuo.
Alguien segregaba planetas,
!Árboles segregaba!

Pero yo segregaba herramientas,
muebles, útiles de escritorio,
yo soy el individuo
se construyeron también ciudades,
rutas,
instituciones religiosas pasaron de moda,
buscaban dicha, buscaban felicidad,
yo soy el individuo.
Después me dediqué mejor a viajar,
a practicar, a practicar idiomas,
idiomas,
yo soy el individuo.
Miré por por una cerradura,
sí, miré, qué digo, miré,
para salir de la duda miré,
detrás de unas cortinas,
yo soy el Individuo.
Bien.
Mejor es tal vez que vuelva a ese valle,
A esa roca que me sirvió de hogar,
y empiece a grabar de nuevo,
de atrás para adelante grabar
el mundo al revés.
Pero no: la vida no tiene sentido.

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Una respuesta a “ POETAS 91. Nicanor Parra I (Poemas y antipoemas) ”

  1. Tupacalos dice:

    El país ha traido jugosos artículos esta semana, en el Babelia también. Si alguien se los ha perdido, y está interesado, puede encontrarlos en internet

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