Tiempo, espacio y vida

Aunque es antiguo, creo que algunos lectores del blog no lo conocen. Es un juguete filosófico-matemático sin pretensiones, espero que os guste. 

Desde fuera del mundo de las matemáticas, un observador poco experto debe tener un concepto algo extraño de la visión que la filosofía exacta nos ofrece del mundo real. Simplemente por falta de pericia.

Asumiendo que esta es mi propia situación ya dejo claro que lo siguiente no es más que un divertimento, un juego que ni siquiera aspira a parecerse de lejos a un juego matemático…

Pero supongamos que somos un fenómeno matemático, el resultado de una función de T, en un entorno creciente. Es decir, como variables dependientes no podemos hacer otra cosa que adquirir los valores que nos manda T: Arrugas, achaques, distancias…

Podría considerarse el Big Bang como la irrupción de la existencia en un entorno matemático temporal en el que se comienza, además, en un periodo de valores crecientes de la variable independiente.

Esta visualización a modo de una circunstancia matemática me resulta especialmente atractiva, primero porque después de aquello de las paredes que hacían cuantos hombres en tantos días si en siertres metros cuadrados catorince hombres han tardado tropebuntas horas, es la primera realidad seria que se me ocurre. Luego por lo vistoso del fenómeno: Esto último no se puede negar: Maravillosos fuegos artificiales: Galaxias y galaxias llenas de agujeros negros, novas y supernovas, moviéndose a velocidades inimaginables alejándose de un punto que… por cierto: ¿Donde está?

Debo detenerme. Creo que muchos hipotéticos lectores deben estar absolutamente despistados porque he ofrecido una visión completamente subjetiva y deformada del universo en tres párrafos escritos en clave de … ligereza?

Primero explicaré que entiendo por “entorno”: Un entorno es una parte del todo en la que se dan ciertas características especiales. Por ejemplo una pecera. Podría hacer dicho una botella, pero la pecera es un entorno que permite por sus especiales cualidades que en ella vivan peces. Como en nuestro entorno pueden vivir seres temporales.

Pensemos en nuestro espacio vital como si fuera una pecera, vacía. Estamos, “antes” del Big Bang, fuera del tiempo. El que nosotros necesitemos una pecera y no podamos ver fuera de ella, no excluye que haya otras. Ni intento imaginar como podrían ser, no dispongo de los conceptos necesarios para asociarlos y crear una idea nueva.

Condicionado por el leguaje temporal debo decir “en un determinado momento” algo, que poéticamente se me ocurre llamar “realidad”, perfora la superficie exterior de nuestra pecera y se produce el Big bang. Es como si una bala hubiera acertado en el cacharro de cristal. Y la pecera se puebla de fenómenos temporales entre los que nos encontramos nosotros.

Si algún día los astros que se alejan comenzaran a acercarse, lo cual dicen que es función de la cantidad de masa que haya en el Universo, podría decirse que la variable “espacio ocupado” ha entrado en un periodo decreciente. Pero ¿Será para valores de T crecientes o será que estamos volviendo atrás en los valores del tiempo…? Y, si esto ocurriera: ¿que pasaría cuando toda la masa del universo coincida en el punto de que partió? ¿Habrá un Gnab Gib hacia la zona no espacio – temporal de los entornos?

No debemos vivir estresados por este pensamiento, parece que personas más sensatas que yo han determinado que los cuerpos celestes se alejan a velocidades crecientes, con lo que no creo que pasemos a una situación atemporal en un futuro inmediato, al menos por este procedimiento del Gnabgib.

Mi teoría es que la regresión se produciría por disminución de los valores de T, que T y espacio están ligados. Tal vez la gravedad es la consecuencia de esa relación tan particular: cuando la gravedad haga revertir el desplazamiento de los cuerpos celestes, el tiempo también revertirá. ¿Tendrá esto que ver con la resurrección de los muertos?. Claro que también sería la disolución – no encuentro otra palabra – de los preexistentes. Seria una sensación: cada rato un poquito más joven… niños, bebes, y de repente, ¡Zas!, dentro de la tripa de tu madre… Supongo que la gente no querría rejuvenecer, como ahora no quiere envejecer, y que habría pensiones de juventud y los despartos serían como las defunciones y en lugar de acabar en un horno crematorio acabaríamos en un tristísimo desorgasmo de nuestros progenitores…

Digo yo que a que extremos puede conducir el uso inapropiado de la filosofía matemática.

Pero volviendo al espacio y al tiempo, o mejor, imaginando un entorno en el que no haya tiempo, no caeríamos en un “espacio” en sentido estricto, con su anchura, su altura, su longitud, su camisita y su canesú. Porque: ¿Que sentido tiene la distancia sin el tiempo? Si estoy al mismo tiempo aquí y allí: ¿Cual es la distancia entre los dos citados puntos?

Y sin el tiempo tampoco hay olvido, y como el olvido es la distancia, pues eso.

Mi última disquisición, antes de que alguien me pregunte que qué es lo que estoy leyendo ahora y deba confesar que la edición americana del Playboy…

Nuestra cultura nos enseña que hay otras formas de salirse del tiempo: por ejemplo, morirse.

Lo que no me explico todavía muy bien es por qué si al morirnos nos salimos del tiempo no perdemos también la corporeidad. ¿Será verdad que el “Yo” no está unido a la mera realidad tangible y que el cadáver no es más que el modo de reciclar la materia que tiene el Demiurgo?

La apreciación de la vida como una función espacio – temporal tiene sus pequeños corolarios:

la muerte temporal puede ser el punto de intersección de la función que es nuestra vida con la “superficie” exterior del entorno. Como todas las funciones serias, la vida no será fácilmente determinable sino que deberemos parir una función de probabilidad para los hechos, a semejanza de la ecuación de Schrödinger para los electrones, siendo el libre albedrío el que nos haga estar en un punto determinado de la banda de fluctuación posible y la fatalidad, el Karma, el destino quien fije la amplitud de la banda completa.

En general creo que casi todas las culturas serias enseñan que si te mueres, para ti todo se te hace como un burruño o un tojunto, de modo que toda tu vida, y otras más, pasan por tu mente en un segundo. Esto es, claramente, una consecuencia de la desaparición del tiempo como variable independiente

Digo yo que matemáticamente hablando, los recuerdos y las experiencias deben quedarse ahí, como un holograma, que contiene toda esa información que apenas podemos intuir haciendo incidir a la luz con ángulos distintos en la tarjeta Visa. Por eso, cuando yo me muera quisiera que alguien me mirara con mucho cariño, a ver si desde cierto ángulo se ve toda mi vida

Los acostumbrados a leer filosofía perdonan las licencias ortográficas y continúan la lectura aunque no entiendan nada. Espero que este hecho les haya permitido llegar hasta aquí.

La consecuencia seria de este juguete temporal es el asombro que produce el constatar que podemos imaginar cosas tan diferentes de nuestra realidad como la vida después del Anti Big Bang, sin tiempo. Supongo que tendrá sus encantos pero creo que echaré de menos las sonatas de piano de Mozart.

Loading

Los comentarios están cerrados.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *