Ápeiron

Vuelve II

Vuelve II

Verano.
Herida abierta. Todavía recuerdo.

El paseante solitario
dice para él: – ¡Vuelve!
Como si lo gritara.
Lo repite y el peso de la ausencia
acansina sus pasos.

Al atardecer,
sentado en un banco
siente la tentación de cubrir
el rostro con la manos
y buscar en la oscuridad
de sus palmas la sombra
de un amor necesario;
pero mira al cielo
para que las lágrimas
no rueden por sus mejillas
y saborea el dolor de la distancia
que le anula:
¡Sin ti no soy nada!

Ahora sabe que la vida entera
es una traición.

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