Finitud de las cosas

Finitud en el uno destruida

Se jubiló el alma mater del proyecto
Y el proyecto siguió.
No fue mejor ni peor. Ni bueno. Ni malo.
Sólo diferente.
Fue otro proyecto.
¡Finitud de las cosas!

Creí que podía aconsejar,
transmitir mi experiencia,
hacer saber lo poco o mucho
que he conocido de este mundo.
Y los oídos, sin quererlo,
me olvidaron.
Y fue otra familia.

No fue mejor ni peor.
Ni buena. Ni mala.
Sólo diferente.
¡Finitud de las cosas!

Y yo pensaba.
Buscaba la verdad
y la verdad me era esquiva.
Hubo un momento
en el que se me reveló
que nunca la conocería.
Y yo negué el nunca,
finitud de las cosas,
y senté el siempre
de la espera abierta.
Sin tiempo la verdad y lo bueno
son a la vez la belleza.
Y también lo Uno con mi yo confundido.

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