POETAS 67. Konstantino Kavafis II (Amor al Arte)

A menudo se ve a los artistas figurados que elige Kavafis para alguno de sus poemas, trabajando en su obra, puliéndola  y perfeccionándola con leves retoques, intentando cumplir con el ideal al que aspiran. La mente ha de volar de este mundo para poder captar la imagen ideal de la Belleza; ésto es así, por lo menos, en los poemas de su primera época, donde se advierte cierta huella platónica. Pero quienes logran impulsar este vuelo hacia el ideal son las imágenes eróticas que logra captar en su entorno cotidiano. A juicio de Kavafis, la vitalidad y alcance de su poesía arranca de esa vida voluptuosa y disoluta que le fue entregando el material sensible con el que más tarde construye su arte. Si el Eros es el motor del artista, la función del arte para Kavafis será dar forma a esa Belleza ideal, conseguir recrearla por medio de la memoria, volver a darle vida y consistencia. La tarea del artista no es tanto una tarea de creación como de recreación. No tiene más que despertar a la memoria y volver a traer a la vida lo que yacía muerto. El tiempo marchita la voluptuosidad de los cuerpos, pero en la memoria permanecen intactos, y en su reducto todo lo que ha perecido puede resucitar de nuevo.  Al igual que la memoria, el arte se convierte en refugio y consuelo que conjura mágicamente  los estragos del tiempo. Pero los artistas de Kavafis aspiran también a convertirse en Pigmalión. No se conforman con traer simulacros al mundo: quieren que el arte se vuelva vida, que la imitación del arte supere a la propia naturaleza, que las obras creadas contengan más vida y belleza que el original que les sirvió de modelo. Ardua tarea que obliga al artista a entregarse por completo a su arte.

HE DADO AL ARTE

              (1921)

Me siento y medito.            He dado al Arte
deseos y sensaciones-        entrevistos
rostros y líneas;                  y de deseos no cumplidos
la borrosa memoria.           Dejad que a él me entregue.
Es él quien da                      Forma a la Belleza;
contemplando la vida         con toque imperceptible,
combinando percepciones, combinando los días.

 

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ESCULTOR DE TYANA

                  (1911)

No soy ningún principiante, como habréis sabido por varias personas.
Mis manos han tallado mucha piedra.
Y en mi patria, Tyana, muy bien
se me conoce; tantos encargos me dirigen
hasta del Senado.

Ahora os mostraré algunas obras. Observad esta Rea,
venerable, llena de fuerza antigua.
Observad este Pompeyo. Este Mario,
este Pablo Emilio, este Scipión Africano.
Cada uno tan parecido como pude lograrlo.
Este Patroclo (debo darle otro retoque).
Y éste, cerca
de esos pedazos de mármol, es Cesarión.

Ahora hace tiempo que espero el momento oportuno
para tallar un Poseidón. He tratado especialmente
de conseguir la perfección en los caballos.
Modelándolos en forma tan etérea que
los cuerpos en su ligereza
no pisen la tierra, sino que floten sobre el mar.

Pero he aquí la obra que más amo,
en la cual he puesto más cuidado y alma;
aquel que un caluroso día de verano,
cuando mi mente voló de este mundo hacia lo ideal,
soñé, el joven Hermes.

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PINTURA

(1915)

A mi trabajo entrego corazón y alma.
Pero hoy la languidez de la composición me desanima.
El día influye en mí. Su forma se oscurece
cada vez más. Arrecia el viento y llueve.
Prefiero contemplar antes que escribir.
Ahora, en esta pintura miro
a un hermoso muchacho tendido junto a un arroyo,
fatigado, supongo de correr.
Qué hermosa criatura; qué divino mediodía
lo ha sorprendido sosegándolo en el sueño.-
Me siento y largo rato lo contemplo.
Y en el arte descanso de su esfuerzo.

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CUANDO APAREZCAN

                  (1916)

Trata de asirlas, poeta,
aunque no consigas retenerlas,
esas visiones eróticas.
Sitúalas, veladas, en tus versos.
Trata de asirlas, poeta,
cuando aparezcan en tu cerebro
a medianoche, o en el brillo del mediodía.

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PARA AMMÓN, MUERTO A LOS VEINTINUEVE AÑOS, EN 610

                                                       (1917)

Te piden, Rafael, que unos versos compongas
como epitafio del poeta Ammón.
Haz algo suave y sutil. Tú puedes,
tú sabrás escribir, como conviene
algo digno de Ammón el poeta, que fue uno de los nuestros.

Sin duda tu hablarás de sus poemas-
pero no olvides cantar aquello
que amamos, su exquisita belleza.

Perfecto y musical siempre es tu griego.
Mas toda tu maestría nos hace falta ahora.
Nuestro amor y dolor pasan a lengua extraña.
Vierte en ajena lengua tu sentimiento egipcio.

Escribe, Rafael, tus versos de tal modo
que algo de nuestra vida, tú sabes, quede en ellos,
que las frases y el ritmo sobradamente muestren
que de un alejandrino escribe un alejandrino.

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COMPRENSIÓN

(1918)

Los años de mi juventud, mi vida voluptuosa-
qué claramente veo su significado.

Qué vanos remordimientos, qué innecesarios…

Mas no podía entonces comprenderlo.

En el fondo de mi vida joven y disoluta
hallaron forma las imágenes de mi poesía,
se gestaba el alcance de mi arte.

Por ello mis enmiendas fueron tan inconstantes.
Mis resoluciones de continencia, de cambiar,
duraban dos semanas como máximo.

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ARTÍFICE DE CRÁTERAS

(1921)

Sobre esta crátera                            de purísima plata-
que para la casa de Heráclides       modelo,
donde una elegancia                         sin tacha predomina-
contemplad estas frágiles flores,    y estas hierbas, y el riachuelo,
y en el centro  un hermoso             adolescente,
desnudo, amoroso;                           su pierna metida hasta la rodilla
en el agua.-                                        Cuánto rogué, ho memoria,
de tu preciosa                                    guía, a fin de que
el joven que tanto amé                     fuese yo capaz de dejar aquí.
Muy difícil era                                   mi trabajo, porque
quince años                                        han pasado desde el día
en que sucumbió, como soldado,    en el campo de Magnesia.

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MELANCOLÍA DE JASÓN HIJO DE CLEANDRO,
POETA DE KOMAGENE
595 d. C.

(1921)

El envejecimiento de mi cuerpo y su apariencia
son heridas de terrible puñal.
Resignación no tengo.
A ti recurro oh Arte de la Poesía,
pues algo sabes de remedios;
tentativas de envolver el dolor en la Imaginación y la Palabra.

Son heridas de terrible puñal.-
Ahora tráeme oh Arte de la Poesía
tus consuelos para que -aunque sólo sea por un instante- no
perciba la herida.

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JOVEN ARTISTA DE VEINTICUATRO AÑOS

                                     (1928)

¿Cómo poder crear en esas condiciones?
Ël sufre por un placer mutilado.
Vive en una enervante situación.
Besa la cara amada cada día,
y sus manos recorren los exquisitos miembros.
Nunca en su vida ha amado con tanta
pasión. Mas el encantador descubrimiento
del amor es exigente; quiere la plenitud
del ansia mutua y del mutuo ardor.

(Los dos no se entregan por igual a ese placer anómalo.
Tan sólo uno vive con plenitud la historia).

Y así el sufre, y se destroza los nervios.
Además está sin trabajo, lo que también le afecta.
Pequeñas sumas de dinero
pide prestadas con dificultad (casi
mendigando), pero con ellas apenas puede mantenerse.
Besa los labios adorados; y en aquel
maravilloso cuerpo – que ahora ya sabe que
se limita a consentir- su voluptuosidad apacienta.
Y entonces bebe y fuma; bebe y fuma;
y pasa el tiempo en los cafés paseando tristemente el
           marchitamiento
de sus formas.
¿Cómo poder crear en esas condiciones?

*****

RETRATO DE UN JOVEN DE VEINTITRÉS AÑOS
HECHO POR UN AMIGO DE SU MISMA EDAD,
PINTOR AMATEUR

                                    (1928)

Terminó el retrato                     ayer a mediodía. Ahora
lo examina con cuidado.            Lo ha pintado con
un traje desabrochado,             gris oscuro, sin
chaleco ni corbata.                     Con una camisa
rosa; abierta,                              para poder contemplar
el esplendor                                de su pecho, de su cuello.
Su frente a la derecha               del cuadro, casi
cubierta por el cabello,              su luminoso cabello
(partido con una raya                a la moda de ese año).
Esa era la expresión                  completamente sensual
que él buscó                                cuando pintaba los ojos,
cuando pintaba los labios…       Su boca, los labios
que buscan la plenitud              de una exquisita voluptuosidad.

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Una respuesta a “ POETAS 67. Konstantino Kavafis II (Amor al Arte) ”

  1. blochiana dice:

    Me ha encantado «Joven artista de venticuatro años». Gracias.

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