Poetas 7. Ángel González

Se añade aquí otra hipótesis absurda a las no menos absurdas hipótesis de Leopardi o Nietzsche. Lo bueno de las hipótesis absurdas es que nos hacen comprender lo absurdo que es el mundo fuera de esas hipótesis.

El dato biográfico lo ha proporcionado el propio Angel González.

HIPÓTESIS ABSURDA, POR FORTUNA

SI DESPUÉS de estar muerto muchos años

Le fuera dado al hombre el privilegio

De volver a la vida

Sólo por una hora,

 

Acaso viese el mundo tan hermoso

Como jamás lo había imaginado,

Y tal vez deseara

Seguir en él aunque tan sólo fuese

Unos instantes más

Para saciar sus asombrados ojos

Con toda la belleza de la tierra

-el mar, o las montañas,

la luz llenando el aire puro y quieto

de un día de verano…

 

Pero si le pidiesen

(y tuviese memoria):

 quédate aquí por siempre, 

¿qué diría?

DATO BIOGRÁFICO

Cuando estoy en Madrid,
las cucarachas de mi casa protestan porque leo por las noches.
La luz no las anima a salir de sus escondrijos,
y pierden de ese modo la oportunidad de pasearse por mi dormitorio,
lugar hacia el que
—por oscuras razones—,
se sienten irresistiblemente atraídas.
Ahora hablan de presentar un escrito de queja al presidente de la república,
y yo me pregunto:
¿en qué país se creerán que viven?;
estas cucarachas no leen los periódicos.

Lo que a ellas les gusta que yo me emborrache
y baile tangos hasta la madrugada,
para así practicar sin riesgo alguno
su merodeo incesante y sin sentido, a ciegas
por las anchas baldosas de mi alcoba.

A veces las complazco,
no porque tenga en cuenta sus deseos,
sino porque me siento irresistiblemente atraído,
por oscuras razones,
hacia ciertos lugares muy mal iluminados
en los que me demoro sin plan preconcebido
hasta que el sol naciente anuncia un nuevo día.

Ya de regreso en casa,
cuando me cruzo por el pasillo con sus pequeños cuerpos que se evaden
con torpeza y con miedo
hacia las grietas sombrías donde moran,
les deseo buenas noches a destiempo
—pero de corazón, sinceramente—,
reconociendo en mí su incertidumbre,
su inoportunidad,
su fotofobia,
y otras muchas tendencias y actitudes
que —lamento decirlo—
hablan poco a favor de esos ortópteros.

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