Qué importa
Qué importa como haya ocurrido.
O quién.
O por qué.
O que sea un milagro, algo inesperable. Inexplicable.
Contra natura.
Y que te parezca bueno, o, al memos, apetecible. Deseable. Muy deseable.
Inmerecido e inmerecible.
Y que, en cambio, sea sutil. Como la esencia del ser.
Que se conforme con poco, casi con nada.
Unos minutos, un contacto agradecido,
delgado como el espesor de una seda.
Y esperar que el giro de la tierra lo vuelva a traer.
Insatisfacción.
Y esperanza de que su suavidad dure mucho, que no se complete,
que no arda en llama sino que sea brasa
a cuyo alrededor tiemble el aire, sin pedir nada.
Y, mientras, la vida pasa sin algo que ofrecer, buscando su final.
¡Qué feliz destino sería mantener el deseo hasta la imposibilidad.