Yo pienso I


Teoría del Pensamiento I

Un pensamiento es
un razonamiento, un deseo,
un recuerdo, un cálculo
una emoción, como amar,
una teoría, una ilusión.
Casi todo es pensamiento.

Las cuatro quintas partes
de los pensamientos son líquidos.
Un quinto es sólido.

Debe haber pensamientos gaseosos
pero sólo son sublimaciones menores
de los otros pensamientos.
Son esas ideas que se nos escurren
entre las premisas rompiendo
la unidad del discurso,
o las palabras con el significado
exacto que necesitamos
y que no podemos recordar.

El pensamiento sólido
es terriblemente peligroso.
Cuando se aplica empíricamente
produce fanatismo o creencia.
Un pensamiento sólido
nos hace sentirnos dios,
sabernos poseedores de la verdad.
Pero ni somos dioses
ni conocemos la verdad.
Hasta la exactitud del cálculo matemático
resulta peligrosa: Huyamos
de los pensamientos sólidos.

Hay dos fuentes de pensamientos sólidos
Unos son propios de la senectud,
vistos por un joven un tanto liberal,
frutos de la rigidez mental propia de la edad.
Vistos desde otra vejez
algo ridículo,
consecuencia de no haber alcanzado
una mínima parte de la verdad,
verdad completa decepcionante:
Nunca alcanzare la verdad.

Otros nacen en la juventud.
Las ideas toman impulso
y la crítica al pequeño mundo
del adolescente se convierte
en oposición a lo distinto.
Si el joven se siente triunfante,
conquistador de su mundo,
cristaliza su experiencia
en un pensamiento sólido.
Mas ¡basta!, por ahora, de sólidos.

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