PENSAMIENTOS 1. Seneca

Se abre aquí una nueva sección en la que se propone una modesta práctica del pensar. Se trata de seleccionar- con una periodicidad más o menos mensual- los pensamientos de algunos pensadores –filósofos, escritores, tal vez científicos o poetas-. Pensadores de todas las épocas y de todas las culturas. Se elegirán 10 máximas de cada uno. La propuesta es que se utilice uno de estos pensamientos o aforismos para que, quien quiera, realice en su intimidad un comentario breve; que se deje deslizar el boligrafo sobre un papel o los dedos sobre un teclado, al dictado de las sugerencias que nos vaya suscitando uno de esos pensamientos. Se trata, entonces, de elegir un pensamiento de entre esos diez. Es un ejercicio de índole íntima y personal. Un ejercicio para combatir la esclerosis mental. ¿Tal vez, para ensanchar el horizonte espiritual? Quien sabe. En fin, máximo provecho para quien se aventure. (Por supuesto, el que quiera enriquecer esta sección con su propia selección de máximas y filósofos, no tiene más que seguir el orden numérico y dar continuidad a la sección). La sección se titula “PENSAMIENTOS”. Si alguien quiere cambiar el título de la sección  es dueño de hacerlo. Si alguien quiere hacer alguna otra propuesta, que la haga. No se trata de publicar lo que se ha escrito, sino de escribir en la intimidad lo que se ha pensado. Se trata de dar cabida en nosotros a la resonancia que puedan tener los pensamientos de otros pensadores. Tal vez bastaría con elegir un solo pensamiento entre esos diez. Tal vez, el hecho de fijarnos en un solo pensamiento, aunque nada escribamos o meditemos acerca de él, sea ya una sutil forma de meditación. Tal vez esté operando ya una virtual incorporación de ese pensamiento en nuestro propio pensamiento. Feliz provecho. En todo caso, si nadie se aventura por el camino propuesto, siempre quedará como fruto la amena lectura de máximas y pensamientos.

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En todo ejercicio que practiques vuélvete presto del cuerpo al alma; de ésta ocúpate noche y día. Un trabajo moderado basta para alimentarla, y este ejercicio no lo impedirá ni el frío ni el calor ni siquiera la vejez. cultiva aquel bien que mejora con el tiempo

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Es incierto el lugar en que te aguarda la muerte, por ello aguárdala tú a ella en todo lugar.

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Morir más pronto o más tarde no es la cuestión; morir bien o mal, ésa es la cuestión, pero morir bien supone evitar el riesgo de vivir mal.

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Obremos de forma que sea nuestro cada momento, y no lo será si no comenzamos antes a ser dueños de nosotros mismos.

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Como una obra teatral, así es la vida: importa no el tiempo, sino el acierto con que se ha representado. No atañe a la cuestión el lugar en que termines. Termina donde te plazca, tan sólo prepara un buen final.

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Es de acuerdo con la opinión como sentimos el dolor. Cada cual es tan desgraciado como imagina serlo.

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Hay que suprimir dos defectos: el temor por el futuro y el recuerdo de la antigua adversidad. Ésta ya no me afecta, aquel todavía no.

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No debemos tan sólo escribir, ni tan sólo leer: lo uno aflojará las fuerzas hasta agotarlas (me refiero a la escritura), lo otro las enervará y desvirtuará. Hay que acudir, a la vez, a lo uno y a lo otro y combinar ambos ejercicios, a fin de que cuantos pensamientos ha recogido la lectura los reduzca la escritura a la unidad.

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Estudia no para saber algo más, sino para saberlo mejor.

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En efecto, la naturaleza no otorga la virtud: hacerse bueno es obra de arte.

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Una respuesta a “ PENSAMIENTOS 1. Seneca ”

  1. Tupacalos dice:

    El sexto pensamiento ha sido, para mí, desde hace mucho tiempo como una voz que pide respuesta. Tanto, que en mi flaca memoria permanece la frase origunal latina: «Omnia ex opinione suspensa sunt. Tan miser est quisque cuam credit.» Yo le doy otra traducción, tal vez desautorizada por la frase precedente, otro significado ajeno al dolor o sobre otro tipo de dolor. Traduzco: Todas las cosas están sujetas a la opinión: tan miserable es cada uno como se cree. Es la base de la autonomía moral kantiana. Y, por totra parte, un principio relativizante de todas las cosas: no hay nada bueno ni malo, es decir no hay nada importante en lo personal, sólo tiene sentido una historia de millones de años. La espranza de que, de un modo extraño, sobrevivamos en la materia schopenhaueriana mantiene viva la llama, pero no siempre…

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