POETAS 62. Garcilaso de la Vega I (1503-1536). Sonetos

Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo
vos sola lo escribistes, yo lo leo
tan solo, que aún de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida
por hábito del alma misma os quiero;

Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.

 

*****

Cuando me paro a contemplar mi estado,
y a ver los pasos por do me han traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;

mas cuando del camino estó olvidado
a tanto mal no sé por dó he venido;
sé que me acabo, y más he yo sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.

Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme,
si quisiere, y aun sabrá querello;

que pues mi voluntad puede matarme,
la suya que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hara sino hacello?

*****

De aquella vista pura y excelente
salen espíritus vivos y encendidos,
y siendo por mis ojos recebidos,
me pasan hasta donde el mal se siente.

Éntranse en el camino fácilmente,
por do los míos, de tal calor movidos,
salen fuera de mí como perdidos,
llamados de aquel bien que está presente.

Ausente, en la memoria la imagino;
mis espíritus, pensando que la vían,
se mueven y se encienden sin medida:

mas no hallando fácil el camino,
que los suyos entrando derretían,
revientan por salir do no hay salida.

*****

!Oh dulces prendas por mi mal halladas,
dulces y alegres cuando Dios quería,
juntas estáis en la memoría mía,
y con ella en mi muerte conjuradas!

¿Quien me dijera, cuando las pasadas
horas que en tanto bien por vos me vía,
que me habíades de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?

Pues en una hora junto me llevastes
todo el bien por términos me distes,
lleváme junto el mal que me dejastes;

si no, sospecharé que me pusistes
en tanto bienes, porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.

*****

Hermosas ninfas, que en el río metidas,
contentas habitáis en las moradas
de relucientes piedras fabricadas
y en columnas de vidrio sostenidas;

agoras estéis labrando embebescidas,
o tejiendo las telas delicadas;
agora unas con otras apartadas,
contándoos los amores y las vidas,

dejad un rato la labor, alzando
vuestras rubias cabezas a mirarme,
y no os detendréis mucho según ando;

que o no podréis de lástima escucharme,
o convertido en agua aquí llorando,
podréis allá despacio consolarme.

*****

En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.

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